Uno de los objetivos que persiguen arquitectos, ingenieros civiles y empresas constructoras, además de dueños e inquilinos de viviendas, es lograr la mayor eficiencia energética posible dentro de las edificaciones. En palabras simples, esto es aprovechar al máximo la energía eléctrica para evitar desperdicios que no solo tienen un gran impacto ambiental, sino que también se reflejan en la factura de la electricidad. Sin embargo, las condiciones propias del lugar no siempre permiten que eso suceda, y es necesario poner en marcha obras de rehabilitación.
Según el portal especializado Idealista, cerca de la mitad de los edificios en nuestro país datan de hace más de cuatro décadas. Como es de esperar, los protocolos de climatización de entonces eran rudimentarios y no se tomaban en cuenta las medidas que tenemos ahora. Esto ha hecho que muchos hogares y negocios obtengan calificaciones negativas en términos de eficiencia energética en la actualidad.
Hoy vamos a repasar algunos conceptos asociados a la eficiencia energética y los procesos de rehabilitación que permiten mejorarla.
¿Qué es la rehabilitación energética?
En términos de arquitectura y edificación, la rehabilitación energética se refiere a todas aquellas acciones que tienen por objetivo optimizar el consumo de energía en un espacio determinado.
Durante los últimos años, esto ha adquirido gran importancia en España como consecuencia de dos factores esenciales. El primero de ellos es la concienciación sobre la huella medioambiental de las energías no renovables, y el segundo es el encarecimiento del precio de la electricidad. Tal situación ha unido los esfuerzos de instituciones y empresas contratistas por promover y desarrollar proyectos urbanísticos que aprovechen mejor la energía y disminuyan su demanda.
Certificado de eficiencia energética: el punto de partida de la rehabilitación
En nuestro país hay un elemento que sienta las bases de cualquier proceso de rehabilitación: la certificación energética. A través de ella se indican los requerimientos de energía y las emisiones de dióxido de carbono de cualquier inmueble, y desde el año 2013 es obligatoria para poder vender o alquilar.
La información de la certificación se resume en la etiqueta energética, que es parecida a la de los aparatos eléctricos y tiene una escala que va desde clase A, que indica la mayor eficiencia posible, hasta clase G, la menor.
Claves de la eficiencia energética
La eficiencia energética de un edificio se asienta sobre tres pilares elementales, que son al mismo tiempo la base de los procesos de rehabilitación, y en cada uno de ellos inciden varios factores.
Estanqueidad
En términos energéticos, se refiere a la capacidad que tiene el inmueble de evitar la entrada de corrientes de aire no controladas que pudieran afectar a la climatización interna. Esto pasa por detectar las conexiones entre el interior y el exterior, y crear cierres mecánicos efectivos en ellas.
Algunos de los puntos que hay que revisar para garantizar la estanqueidad son:
- Juntas de ventanas, claraboyas y cualquier otra entrada de luz que suponga una discontinuidad en la pared o el techo.
- Marcos de puertas, tanto abatibles como correderas.
- Unión entre conductos de ventilación y paredes o techo.
- Cualquier tipo de agujero ocasionado por fallas en la estructura.
Ventilación
Aquí nos referimos a la renovación del aire que circula por el interior del edificio, lo que garantiza su calidad en la medida en que se reemplaza por aire limpio proveniente del exterior. Esto puede sonar contradictorio con el término de estanqueidad, pero hay un aspecto determinante: el control.
Cuando se trata de lograr la máxima eficiencia energética, los canales de ventilación están diseñados para dirigir el flujo de aire de una forma específica y con la ayuda de la acción mecánica. También se suelen incluir intercambiadores y recuperadores de calor que aprovechan las diferencias de temperatura entre un espacio y otro para crear un ambiente agradable, todo de manera ordenada.
Aislamiento térmico
Se trata del recubrimiento de la envolvente del edificio (fachada, techo, ventanas, etc.) que evita el intercambio de calor con el entorno, lo que disminuye el consumo de energía. Por ejemplo, un correcto aislamiento impide que el calor exterior del verano penetre de inmediato en el interior, elevando la temperatura interna, y durante el invierno trata de retenerlo dentro durante el mayor tiempo posible.
El aislamiento térmico no solo debe ser efectivo en términos de retención de calor o frío, sino que también tiene que estar hecho de materiales seguros y que no cambien su composición a lo largo del tiempo. Los más extendidos son el poliestireno y las lanas minerales, aunque en los últimos años se han vuelto populares algunos aislantes naturales como corcho, lino o celulosa.
Otros factores que influyen en la eficiencia energética
Los anteriores son los puntos clave de la eficiencia energética de cualquier edificación, pero existen otros elementos que inciden en ella:
- Energías alternativas: fuentes sostenibles como la energía solar fotovoltaica o la biomasa, que pueden usarse para sustituir o complementar las tradicionales en ciertos procesos como la calefacción o la generación eléctrica.
- Electrodomésticos: conviene invertir, en la medida de lo posible, en aquellos que sean de categoría A o B, para limitar el consumo.
- Iluminación: aprovechar la luz natural instalando luminarias y persianas según la ubicación del edificio. También entra en juego el uso de bombillas LED.
- Medidas de ahorro personales: aquí influye el factor humano, con las necesidades particulares de cada persona y sus hábitos de consumo.
Cómo se realiza una rehabilitación energética
La rehabilitación energética es un proceso que debe ser dirigido por profesionales acreditados, en su mayoría ingenieros o arquitectos, así como empresas de servicios energéticos. La hoja de ruta puede variar según las circunstancias, pero en líneas generales sigue estos pasos:
1. Diagnóstico de la eficiencia
Lo primero es auditar las condiciones iniciales del edificio para validar o cambiar su certificación energética vigente y detectar los puntos de mejora.
2. Propuesta de rehabilitación
Se crea un plan completo de rehabilitación que puede incluir cambios en la ventilación, aislamiento y estanqueidad, así como medidas complementarias que ayuden a optimizar el uso de la energía.
3. Evaluación del retorno de la inversión
La rehabilitación energética busca un ahorro económico a largo plazo. Por eso se hace un análisis del desembolso monetario actual y su posible retorno en términos de disminución de gastos, obtención de subvenciones, entre otros. Un estudio completo también suele incluir estimaciones de factores como el precio de la energía y la inflación en los próximos años.
4. Aprobación del proyecto
Las obras deben ser autorizadas por la comunidad de vecinos y por los ayuntamientos correspondientes, de acuerdo con su alcance. Esto puede suponer el pago de aranceles como el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO). En cualquier caso, el profesional o empresa encargada de la rehabilitación suele asesorar sobre estos trámites.
5. Ejecución
Finalmente, es momento de dar inicio a las obras para implementar los cambios planteados en el informe. La duración y complejidad pueden variar, y en ocasiones es necesario ausentarse del inmueble.
¿Por qué poner en marcha una rehabilitación energética?
La rehabilitación energética puede ser un proceso sencillo o complejo, según las condiciones iniciales de la edificación. Sin embargo, sus ventajas han hecho que cada vez más personas, empresas y/o comunidades decidan instaurarlo, y entre ellas podemos mencionar:
- Incrementa el valor del inmueble, lo que se traduce en mayores beneficios en el momento de vender o alquilar.
- Mejora las condiciones de salud de quienes habitan en ellos, en especial aquellas patologías relacionadas con el sistema respiratorio, que a su vez están asociadas con los problemas de climatización.
- Supone un importante ahorro económico, pues no solo disminuye el consumo de energía, y con ello el importe de la factura eléctrica, sino que existen incentivos fiscales. Por ejemplo, la tasa del IBI es menor según mayor sea la eficiencia energética.
- Ayuda al mantenimiento del espacio, ya que es posible solucionar problemas derivados de una mala climatización, como grietas, roturas o filtraciones, todo lo cual sirve para conservar la estructura durante más tiempo.
- Contribuye con la autosuficiencia del edificio, en la medida en que se hace menos dependiente de la energía para mantenerse ventilado y climatizado. Si la rehabilitación incluye la adopción de energías alternativas, la independencia es aún mayor.
- Disminuye la huella ecológica al reducir las emisiones contaminantes que se lanzan a la atmósfera y lograr que se demanden menos recursos no renovables.
Subvenciones y ayudas para la rehabilitación energética
Además de las deducciones e incentivos fiscales, la administración pública busca impulsar los procesos de rehabilitación energética a través de ayudas directas que permitan aplicarlos tanto en el entorno residencial como en el comercial.
En las instituciones estatales hay iniciativas como el Programa de Rehabilitación Energética de Edificios, dependiente del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). Desde él se otorgan subvenciones que se gestionan a través de las Comunidades Autónomas.
Por su parte, las propias autonomías tienen ayudas locales de acuerdo con las necesidades específicas en su ámbito, y se tramitan en línea o en las sedes de los ayuntamientos. Para conocerlas, basta con revisar la web de la CCAA o buscar en internet.
Formación sobre eficiencia energética
La eficiencia energética de los edificios no es un asunto estático, sino que siempre se pueden adoptar medidas que ayuden a incrementarla. De la misma manera, la rehabilitación mejora conforme surgen nuevas regulaciones, prácticas o tecnologías. Además, las bases académicas sobre estos temas son distintas hoy de lo que eran hace tan solo cinco o diez años. Por todo ello, los profesionales del ramo de la edificación deben actualizarse constantemente para poder seguirles la pista.
En la actualidad, existen formaciones específicas como los cursos de eficiencia energética, cuyo contenido busca que los profesionales puedan realizar certificaciones y dirigir rehabilitaciones de acuerdo con las exigencias vigentes.
En nuestro Máster online BIM de Arquitectura también abordamos el tema de la eficiencia energética en un contexto global de diseño y gestión arquitectónica. Así podrás tener una perspectiva más amplia de todo el proceso, lo que te permitirá aplicarlo sin dejar de lado las necesidades de distribución y funcionalidad.
Hoy en día, la eficiencia energética en una edificación tiene tanta importancia como su ubicación, materiales o estética. En las obras nuevas se tiene en cuenta desde su concepción, para responder a las obligaciones legales y mejorar el bienestar de las personas, pero también para adelantarse a las necesidades futuras. En las obras existentes, por su parte, se aplican protocolos de rehabilitación que persiguen los mismos objetivos, con el añadido de extender la vida útil