Son muchos los analistas y expertos que hablan de 2016 como el año de la realidad virtual y, a tenor de los movimientos que se están viendo en el sector tecnológico, y del propio interés que están mostrando los consumidores, parece que están bastante en lo cierto.
El sector de la tecnología en general se caracteriza por una evolución cada vez más rápida, casi frenética; cada año somos testigos de nuevas tecnologías pero sólo aquello que saben ver sus ventajas y mejor se adaptan son los que acaban triunfando. Lo vimos con la llegada de los smartphones cuando grandes compañías como Nokia o Motorola cayeron víctimas de su pasividad y ahora, las nuevas gafas de realidad virtual podrían hacer que la historia se repita para muchas empresas.
La realidad virtual es tema de conversación desde hace ya varios años sin embargo, hasta ahora los únicos productos que habíamos vistos eran pseudoprototipos, versiones para desarrolladores o algunas gafas para mostrar qué es la realidad virtual. En 2016, sin embargo, las gafas de realidad virtual comienzan a proliferar aportando increíbles experiencias a los usuarios. Las Samsung Gear VR, las Oculus VR, las HTC Re Vive o un nuevo modelo de LG son sólo algunos ejemplos. Pero, ¿qué aportan estas nuevas gafas de realidad virtual?
Como vemos en el Master de Realidad Virtual, las gafas de realidad virtual, ahora dotadas de alta tecnología, tiene como objetivo final que podamos disfrutar de contenidos audiovisuales (películas, juegos, etcétera) sintiendo que realmente nos encontramos dentro de ese mundo virtual. Es decir, con un ángulo de visión que ya alcanza en algún caso los 96º, podemos olvidarnos del mundo real que nos rodea y vivir una experiencia de inmersión casi absoluta pudiendo modificar objetos de esa “realidad alternativa” y percibir sus efectos de forma inmediata a través de nuestros sentidos.
Con las nuevas gafas de realidad virtual, efectivamente podemos sentir que nos encontramos en otros mundos.