El arte contemporáneo está conformado por un conjunto heterogéneo de prácticas y disciplinas que surgieron como una ruptura con los modelos tradicionales de expresión artística y constituyen un retrato de la sociedad en la que vivimos.
Pero no siempre ha sido así. Técnicamente, el arte contemporáneo aparece a partir de la segunda mitad del siglo XX, profundizando una ruptura que ya habían trazado los movimientos artísticos modernos como el cubismo, el expresionismo, el futurismo o el fauvismo.
Desde inicios del siglo pasado hasta la actualidad, los movimientos artísticos contemporáneos han retratado y expresado las inquietudes de la sociedad en diversos soportes y formatos. Veamos cuáles son las corrientes más significativas de nuestro tiempo y por qué.
Arte moderno: el inicio
“El objeto del arte es quitar el polvo de la vida diaria de nuestras almas.”
Pablo Picasso
De no ser por los movimientos artísticos de vanguardia del siglo 20, es posible que hoy no pudiésemos hablar de un arte contemporáneo. Fueron estos creadores los que se animaron a deconstruir lo establecido y desafiar los cánones existentes en la búsqueda de otras formas de expresión.
Celebrados por ser “adelantados a su tiempo”, los artistas modernos forjaron un nuevo camino en la historia de la cultura. Y no es para menos, pues en los inicios de esta profunda transformación cultural se sitúan la Revolución Industrial, la Revolución Rusa y la Primera Guerra Mundial. Hechos de tan enorme trascendencia histórica, política y social que encontrarán su expresión en el arte moderno.
Así, la invención de la fotografía desligará al arte visual de su función como retrato figurativo o imitación de la naturaleza, rompiendo la hegemonía de este tipo de valores estéticos. Por eso, en la pintura se verá cómo los artistas comenzarán a experimentar con otros puntos de vista. En la arquitectura, por su parte, se innovará en la forma y el uso de los materiales, gracias al avance de la Revolución Industrial que permitirá, por ejemplo, la inclusión del hierro y el cristal.
Técnicamente, el arte moderno apareció entre finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Aunque en realidad las fechas están en discusión y se suele delimitar a partir de sus movimientos artísticos más representativos.
La ruptura fundamental de este período es el haber generado una nueva manera de entender la teoría y la función del arte. En él, el interés de los artistas estará puesto en reimaginar, reinterpretar o también rechazar los valores estéticos dominantes hasta el momento.
Algunos de los movimientos más destacados del arte moderno fueron el impresionismo, el posimpresionismo, el fauvismo o fovismo, el cubismo, el expresionismo, el futurismo y el art decó.
Movimientos artísticos contemporáneos: un mundo heterogéneo
Las corrientes artísticas del siglo 20 son, sin duda, herederas de la ruptura que produjeron las vanguardias modernas. No obstante, constituyen en sí mismas una profundización en esa búsqueda por definir el lugar y la función del arte.
El arte contemporáneo es en sí el conjunto heterogéneo de cualquier forma de expresión actual, ya sea pintura, escultura, fotografía, instalación, performance o vídeo. A través de estas y otras disciplinas reflejan lo que se conoce como “actualidad”.
No obstante, no existe consenso en torno a cuándo puede considerarse que se inicia el arte contemporáneo. La mayoría de los autores suele situarlo a partir de los años sesenta del siglo XX, aunque, tal y como sucede con el arte moderno, se define más por los movimientos artísticos que lo conforman que por el período que podría abarcar.
Los cinco movimientos artísticos del siglo XX y sus artistas más representativos
“Sólo hay una cosa valiosa en el arte: las cosas que no puedes explicar.”
Georges Braque
En esta frase de Braque, podríamos definir qué es el arte contemporáneo: una necesidad de expresarse a través de la búsqueda constante y de la ruptura con los cánones establecidos. Algo que se refleja en la multiplicidad de corrientes y la variedad de soportes que componen a los movimientos artísticos contemporáneos.
Para entender su heterogeneidad y la diversidad de puntos de vista, repasemos cuáles son los cinco movimientos artísticos actuales más representativos.
Pop Art
“La idea no es vivir para siempre, es crear algo que sí lo haga.”
Andy Warhol
Warhol fue, sin duda, uno de los artistas más representativos de esta corriente y consiguió crear algo que perdurara a través de la historia. Junto a Roy Lichtenstein, fue uno de los artistas más icónicos del Pop Art, uno de los movimientos artísticos contemporáneos que más se caracterizó por su intención de representar la cultura de masas.
Surgido entre el Reino Unido y Estados Unidos a mediados del siglo XX, el Pop Art se inspiró en la estética y los bienes de consumo de la época. Anuncios publicitarios, comic books, cine y otros objetos culturales inspiraron una vanguardia que quería traspasar fronteras globales y sociales, produciendo una forma de ver y tratar el arte que pretendía ser apta para todos o “popular”. Así, el Pop Art se afirmó como una crítica al arte más elitista o academicista.
Su propósito fue el de expresar la cultura de masas desde el punto de vista del consumo. Con un toque irónico, se pondrá en evidencia la impersonalidad del objeto, con la vocación también de separarse de la subjetividad del artista.
La multiplicación de las imágenes comerciales intentará reflejar lo que producen los medios de comunicación como herramientas para poner el consumo en primer lugar, alejando la mirada de la sociedad de sus problemas más graves.
Esta corriente no solo marcará el inicio de los movimientos artísticos contemporáneos, sino que también renacerá en los años ochenta del siglo XX como Neo Pop-Art de la mano de Jeff Koons.
Expresionismo abstracto
“El artista moderno trabaja con el espacio y el tiempo, y expresa sus sentimientos en lugar de ilustrar.”
Jackson Pollock
El expresionismo abstracto surge después de la Segunda Guerra Mundial, como un movimiento de raíz individualista y solitaria. Así, en un contexto el que el mundo entero atravesaba un profundo cuestionamiento moral, los expresionistas abstractos decidieron mostrar el aspecto más expresivo del arte, por encima de la forma. Su premisa era la creación introspectiva e individual en total libertad.
Para los artistas de esta corriente, fascinados por la creación en soledad, el proceso creativo adquirió un carácter casi de rito religioso, siendo la materialidad del cuadro la prueba resultante de ello. Esta corriente se reconoce sobre todo por sus obras a gran escala, un peculiar tratamiento del color y los modos no tradicionales de tratar los materiales y los procesos.
Jackson Pollock, Joan Miró, Helen Frankenthaler, Mark Rothko y Willem de Kooning son algunos de los artistas más representativos de esta corriente, surgida en la ciudad de Nueva York y que se considera la primera genuinamente estadounidense.
Minimalismo
Como reacción directa al expresionismo abstracto, surgirá en Nueva York el minimalismo, que tiene como principal precepto dejar de lado el simbolismo recargado y enfocarse en los materiales, prevaleciendo la austeridad, las formas geométricas y la solidez.
Los jóvenes artistas de esta corriente trabajaban con materiales industriales como el hormigón o el acero, poniendo especial énfasis en las formas y propiedades físicas de sus obras, más que en las emociones. Fue una manera austera de rechazar los valores tradicionales de las Bellas Artes.
Frank Stella, uno de los principales exponentes del minimalismo, declaró en 1964 “Todo lo que quiero es que alguien salga de mis [piezas] y lo único que sale de ellos es el hecho de que puedes ver toda la idea sin ninguna confusión. Lo que ves es lo que ves”.
Así puso de relieve la esencia del minimalismo, uno de los movimientos artísticos contemporáneos más importantes de los Estados Unidos en los años sesenta.
La contemplación objetiva y dejar fuera toda emoción. Es lo que subyace detrás de cada una de estas obras, que se basan en influir en el espacio que las rodea y en las personas que se encuentran en él.
El objeto prevalece, por eso, los materiales son tan relevantes, mientras que el artista produce una obra completamente despersonalizada, buscando borrar todo rastro de autoría.
Influenciado en gran medida por la cultura japonesa, el minimalismo surgió después de la Segunda Guerra Mundial, pero aún hoy en día continúa vigente. Su filosofía trasciende las artes visuales y ha sido muy influyente en la arquitectura y el diseño.
Arte conceptual
En oposición a otras corrientes como el expresionismo abstracto, el arte conceptual puso a la idea como protagonista del hecho artístico.
“La única pretensión del arte es el arte mismo. El arte es la definición del arte” dirá Joseph Kosuth. Y es que para el arte conceptual el objeto desaparece y lo que importa es todo el proceso que conduce a la creación, siendo así el concepto más importante que la obra como objeto.
Los antecedentes del arte conceptual se sitúan en la temprana obra de Marcel Duchamp “La fuente”, que hoy se expone en el Tate Modern, que aparece como una demostración de que la obra artística, más que un objeto, es un ejercicio intelectual. Sin embargo, es en los años sesenta cuando se convertirá en una corriente artística.
Performance
Saliendo de las artes visuales, la performance es otro de los movimientos artísticos del siglo 20 de raíz conceptual. Surgido también durante los años sesenta, es una corriente que aún hoy en día mantiene mucha popularidad, no solo gracias a su capacidad para transmitir mensajes o ideas, sino también por su conexión con otras formas de expresión como el arte dramático.
Marina Abramović es una de las precursoras de esta corriente y la encargada de haber cambiado por completo la percepción de las artes performativas. Una de sus obras más famosas es “The artist is present”, una apuesta por explorar la resistencia y la emoción humana. Durante dos meses, en el MoMA, en Nueva York, Abramović se sentó en una mesa e invitó a los espectadores a situarse en la silla opuesta y mantener una suerte de conversación silenciosa a través de la mirada.
En este vídeo se observa un momento único en el que una antigua pareja de ella, Ulay, la sorprende después de veinte años desde que dejaron de verse. Se miran, se emocionan, pero no dicen una sola palabra: la comunicación existe igual y trasciende la palabra
Movimientos artísticos contemporáneos: una forma de explorar la expresión
Vemos que los movimientos artísticos contemporáneos tienen una historia, no exenta de debate, que ha influenciado nuestra vida actual. Y aunque muchos de los artistas que formaron parte de estas corrientes ya no están entre nosotros, otros continúan creando piezas destacadas.
La clave es sumergirse en el proceso creativo y aprender a manejar las herramientas y materiales que darán lugar a las obras. Ya sea que te dediques al diseño o a la arquitectura, conocer cada una de estas influencias alimentará tu creatividad.
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Me gusta más el minimalismo. Se destaca por su enfoque en la simplicidad, la geometría y la reducción de elementos a lo esencial. Hay varias razones por las cuales el minimalismo ha destacado entre los movimientos artísticos de ese siglo y entre ellos efectivamente está la reacción contra el expresionismo y el arte abstracto gestual.