Anish Kapoor es un arquitecto nacido en la India (Bombay, 1954); hijo de padre hindú y madre judía, creció en su país natal pero se formó académica y profesionalmente en Inglaterra, resultando de todo ello una mezcla que ha influido no só lo en su actitud personal si no también en su obra: “No creo en la idea del origen étnico (…). Para mí, ser un artista español, americano o inglés viene a ser igual. Lo importante es la obra”, manifestaba en una reciente entrevista.
Comenzó estudiando en la Doon School de Bombai, pero en 1973 se trasladó a la Chelsea School of Arts and Design de Londres, donde pronto comenzó a participar en distintos concursos y a montar sus primeras exposiciones, como la organizada en la Serpentine Gallery de Londres bajo el título “Art into landscape” (1974).
Anish Kapoor comenzó como escultor: “Soy escultor, no tengo elección, me interesan los objetos”, decía, pero años después, tras numerosos trabajos y fraguarse el respeto y admiración de toda la comunidad artística internacional, decidió imprimir a sus creaciones un marcado carácter arquitectónico. En 1992, y por vez primera, necesitó construir un edificio que albergara su obra “Descenso al limbo”.
Ese mismo año viajó a España, donde colaboró junto con el arquitecto David Connor en el “Edificio para un vacío”, de la Exposición Universal de Sevilla.
Pero Kapoor es, ante todo, un artista y como tal, su inquietud le lleva a experimentar. A mediados de los noventa comienza a introducir espejos en sus obras siendo “Poniendo el mundo bocabajo”, de 1995, una de sus máximas expresiones. Son años en los que el artista también juega con las dimensiones, queriendo ampliarlas e introducir al espectador dentro de ellas. Así llega, en 20012, hasta “Marsyas”, todo un juego entre la dimensión de su obra y la escala humana que hace imposible contemplarla al completo desde un único ángulo.
La “Puerta de las Nubes”, en el Millenium Park de Chicago, o el “Espejo del cielo”, en el Rokefeller Center de Manhattan, son algunos de sus mayores logros durante la primera década del milenio que le conducirán hasta uno de sus más actuales, impresionantes y aplaudidos trabajos, la gran “Órbita ArcelorMittal” para las Olimpiadas de Londres 2012, en colaboración con el ingeniero Cecil Balmond, una inmensa torre de acero que gira sobre sí misma y que permite descender a través de una gran escalera de caracol.
En 213, y en colaboración con el arquitecto japonés Arata Isozaki, creó un enorme auditorio móvil en Matsushima (Japón), un nuevo concepto de edificio público formado por una gran membrana inflable que se puede montar y desmontar para ubicar en uno u otro lugar.
Así, Anish Kapoor es una de las mentes más brillantes del arte actual, tanto en escultura como en arquitectura, un reconocido ejemplo de que el diseño arquitectónico aún tiene mucho que decir en los espacios del futuro.
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