Todo proyecto, independientemente de su complejidad o del sector al que pertenezca, se desarrolla a lo largo de una serie de etapas. De hecho, si las enfocamos correctamente, el resultado puede rozar la excelencia y destacar por su calidad. En este sentido, tener bien definidas cada una de las fases del diseño web pueden ayudarnos a ofrecer al cliente justo lo que desea y necesita.
¿Qué es el diseño web?
Antes de iniciarnos en cada una de las etapas que componen el proceso del diseño web, ¿sabes exactamente qué es el diseño web?
El diseño web es el proceso de análisis y desarrollo de un sitio web desde cero, que aporta unos resultados específicos al cliente y al empresario. Es decir, un diseñador web garantiza la usabilidad del sitio web gracias a la sencillez en su uso, apariencia y seguridad.
Aunque cada tipo de página web cuenta con particularidades distintas, todas requieren seguir una metodología que asegure su éxito. Entre las páginas web más comunes podemos encontrar las páginas webs corporativas, los sitios de ventas y servicios, los e-commerce (tiendas online), los blogs personales o profesionales, los catálogos online y los foros y chats.
Fases del diseño web
Una vez visto qué es el diseño web y cuáles son los tipos de webs más comunes, es momento de definir cuáles son las fases del diseño web que auguran un producto exitoso, atractivo y funcional. Si bien cada agencia y diseñador puede contar con una metodología distinta y propia, las etapas del diseño web suelen ser muy parecidas entre sí.
Fase 1: Briefing
Esta fase del diseño web es fundamental, pues es el momento en el que el cliente transmite la información más importante al creativo. De hecho, gran parte del desarrollo depende de la fluidez de comunicación entre el cliente y el diseñador. No importa si el intercambio de información se realiza de forma remota o presencial: lo más importante es que el cliente pueda expresar lo que desea para su proyecto. De este modo se garantizarán las expectativas y este quedará satisfecho.
En este primer paso, te recomendamos que, como diseñador, cuentes con unas preguntas fijas y muy concretas que te permitan recabar los datos más relevantes para el diseño. Por ello, para iniciar el sitio web y tener definidas las características del mismo, te sugerimos preguntas como:
- ¿Qué quieres conseguir con tu web?
- ¿Cuáles son tus objetivos a medio y largo plazo?
- ¿Qué quieres obtener de los usuarios que visiten tu sitio web?
- ¿Cuál es el estilo que define tu marca? ¿Y los colores?
El briefing es una etapa fundamental que puede suponer un ahorro en los costes y una productividad mucho mayor para los creativos que participen en la confección de la página web.
Fase 2: Planning
La investigación y planificación es otra de las fases del diseño web que destaca por su gran peso. Y es que esta asentará las bases del proyecto gracias a la reunión del equipo, las investigaciones pertinentes y la distribución de responsabilidades, funciones y recursos.
Para facilitar las tareas de análisis y planificación, siempre puedes dividir esta fase en varias áreas:
- Antes de nada, indaga sobre el modelo de negocio y el nicho al que pertenece el producto o servicio de la página web. Este primer paso te servirá de inspiración.
- Tras la primera toma de contacto con el mercado en el que se sitúa la página web, realiza un análisis funcional de esta, es decir, define cómo será el funcionamiento del sitio web.
- Determina la arquitectura más adecuada para la navegación del usuario. Los conocimientos en diseño UX y UI te serán de utilidad.
- ¿Cuál es la tecnología que utilizarás? Escoge el lenguaje de programación, los plugins y los recursos visuales más convenientes para el proyecto.
- Por último, trata de fijar los tiempos que emplearás en cada módulo y fase del sitio web. Además, ofrecer al cliente una fecha orientativa te ayudará a forjar un vínculo de mayor confianza.
Fase 3: Diseño
Una vez que el cliente ha dado su visto bueno a las líneas maestras del proyecto, es el momento de esbozar el diseño definitivo, o lo que es lo mismo, ponernos manos a la obra para crear un modelo visual de la página web a través del diseño conceptual. Para ello, el diseñador puede recurrir a diagramas UML, diagramas de caso de uso y diagramas entidad-relación.
Este paso del proceso de desarrollo debe estar muy bien ilustrado para que todas las partes que intervienen en el proyecto puedan revisar la propuesta. De hecho, es en esta fase donde el profesional web trabajará junto al diseñador gráfico, elaborando distintas propuestas para ofrecer al cliente.
Fase 4: Desarrollo
Si el cliente muestra su satisfacción con el diseño, el equipo alcanza una de las fases más largas de todo el proyecto, pues se pondrán en marcha todas las acciones y procesos que acabarán por configurar la página web. Para ello se ejecutarán las tareas necesarias para convertir la propuesta en una realidad bien estructurada. De hecho, se recomienda el uso de un CMS (Sistema de Gestión de Contenidos) debido a la gran carga de trabajo que conlleva la construcción de la página web. Este detalle no implica, sin embargo, que los conocimientos en lenguaje de programación sean innecesarios. ¡Al contrario! La arquitectura del sitio web requiere de una aplicación adecuada de los mismos.
En la actualidad, los lenguajes de programación más empleados son:
- HTML: El código HTML es el lenguaje que mejor debe dominar un diseñador web, pues define la apariencia y el orden del contenido de una página web.
- CSS: El lenguaje CSS u “hojas de estilo” son de mucha utilidad debido a que permiten al diseñador modificar el aspecto y el comportamiento del sitio web en cuestión de minutos.
- JavaScript: Es un tipo de lenguaje que facilita la experiencia del cliente, aporta dinamismo a las páginas webs y asegura la funcionalidad de las acciones del usuario.
- SQL: Este código permite al diseñador web realizar consultas directas a la base de datos y obtener respuestas muy precisas. Por esta razón, es un tipo de lenguaje que los buenos diseñadores web deben dominar.
Fase 5: Lanzamiento
Entonces llega la penúltima fase: el lanzamiento. Este es el momento por el que aguarda tanto el cliente como el diseñador y se considera definitiva la publicación del proyecto.
En esta fase también se incluyen los análisis pertinentes para comprobar si la página web cumple con los objetivos que previamente se han definido, y modificar o ajustar aquellos elementos que sean necesarios. Además, la indexación en los motores de búsqueda resulta un paso fundamental.
De cualquier modo, cuando el sitio web esté optimizado, la página web estará lista para su lanzamiento, un proceso que puede estar acompañado de una estrategia de marketing que atraiga a un público mayor y a clientes potenciales.
Fase 6: Mantenimiento
Si bien esta fase puede considerarse posterior al proyecto, el mantenimiento de la página web puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso, o entre las ventas y el olvido. El abandono de un sitio web resulta muy evidente en la mayoría de los casos, por lo que siempre es necesario estar al tanto de posibles actualizaciones, nuevas mejoras, corrección de errores y elementos novedosos que aporten un aire fresco al sitio web.
Por estos motivos, el trabajo del diseñador web —así como del resto del equipo— no finaliza con el lanzamiento de la página, es necesario garantizar una solución eficaz si algún aspecto del código cambia debido al tráfico web.
Entre las funciones del diseñador que conforman la fase de mantenimiento se incluyen:
- Las actualizaciones
- La optimización de los procesos
- Las modificaciones puntuales del contenido o de la estructura
- Restablecer la página web en caso de caída
- Realizar copias de seguridad
- Corregir enlaces rotos y redirecciones
Controlar adecuadamente las fases del diseño web nos permitirá ofrecer soluciones concretas a posibles inconvenientes. Por esta razón, te recomendamos enfocarte en construir un plan organizado y disfrutar de cada etapa del proyecto. Y si no sabes cómo hacerlo, ¡echa un vistazo a nuestro Máster online de Diseño Gráfico y Web UX de ESDIMA!
