Especializarse o no especializarse. Es la eterna cuestión que suscita un permanente debate entre los diseñadores y cuya conclusión aún parece lejana. Lo habitual entre los estudiantes de diseño, tanto gráfico, como industrial o web, es ir orientando sus estudios hacia un área concreta en la que acabar especializándose de forma profesional. Así, una vez finalizados sus estudios, e incluso antes de acabarlos, buscan en las bolsas de prácticas y empleo un puesto de trabajo dentro de una empresa o estudio con ese perfil concreto. Esto, con el paso de los años, puede acabar encasillando al diseñador, pero también es cierto que se requiere de un talento y de una creatividad muy especiales para ser bueno en todo, y esto, se da en muy pocas ocasiones.
Hay países como Inglaterra donde el diseñador está especializado al máximo pero la realidad es que una excesiva especialización puede acabar cerrando las puertas de grandes oportunidades; en el otro extremo, resulta inevitable recurrir a ese dicho popular que dice “quien mucho abarca poco aprieta”.
Como podrás comprobar, el debate entre especialización y no especialización está más vivo que nunca. Y tal vez, la solución se encuentre en el término medio: poseer conocimientos avanzados en un área sin descuidar el resto. En este sentido, algunas de las áreas en las que puede especializarse un diseñador gráfico y web son:
- Ilustración en carteles, libros, folletos, invitaciones, etcétera.
- Fotografía, que a su vez podría ser clasificada en fotografía artística, periodística o publicitaria.
- Identidad corporativa, es decir, el conjunto de valores y atributos que toda empresa posee y que reflejan su imagen hacia el exterior.
- Cine, donde el diseñador participa en el storyboard, , dirección fotográfica, diseño de carteles, tipografía de créditos, etc.
- Diseño web y diseño ux.
- Tipografía.
- Señalética