Una de las principales y más demandadas salidas profesionales de un diseñador gráfico es la de crear y desarrollar la imagen o identidad corporativa de una empresa que incluye desde el propio nombre de la empresa, en caso de tratarse de una compañía de nueva creación, hasta su eslogan, el desarrollo de su sitio web, tarjetas de presentación, sobres, folletos, manuales y, por supuesto, el logo de la misma, es decir, aquella imagen que estará asociada a una determinada empresa y cuyo objetivo esencial, además de transmitir los valores y filosofía de la propia organización, es la de llamar la atención de potenciales clientes, así como quedar en sus mentes y retinas de tal forma que, un simple vistazo, les permita reconocer de la empresa de que se trata.
Para la realización de esta tarea, que requiere de profundas dosis de creatividad, el profesional indicado es el diseñador gráfico, capaz de crear proyectos visuales atractivos e innovadores gracias a sus amplios conocimientos del diseño, capaz de adaptar su trabajo a las tendencias de estilo imperantes y, en definitiva, capaz de encontrar la solución más idónea que permita que una empresa sea identificada con un logo.
El logo de la empresa puede ser de tres tipos. Por un lado, el logotipo, compuesto de palabras; en segundo lugar, el isotipo (a menudo confundido con el logotipo), compuesto únicamente por imágenes; y por último, el isologotipo, una combinación de elementos tipográficos y de imágenes.
En España contamos con un valioso potencial de diseñadores gráficos master en diseño gráfico, que ya han demostrado en numerosas ocasiones su valía para afrontar restos tan importantes como es crear logos para empresas españolas. Uno de los mayores ejemplos lo encontramos en Carlos Rolando, diseñador gráfico profesional, de origen argentino, recientemente fallecido a la edad de 83 años, y creador de logos de enorme éxito para empresas españolas como Eroski, Ifema, Círculo de Lectores o Prisa, entre otras muchas.