Para vender más productos o trasladar a los clientes potenciales y los consumidores a unos productos u otros concretos, se utilizan multitud de técnicas y estrategias. Cada vez se crean nuevas y se prueban aplicando conocimientos de otras áreas ajenas al marketing o la mercadotecnia, como la psicología. ¿Qué puede servir para lograr los objetivos del plan de marketing y conseguir incrementar el número de ventas, cambiar la percepción sobre la marca, inducir a pensar que X producto es superior a otro o jugar con la distribución, los precios, la imagen, etc. Todas las técnicas existentes pueden ser un gran punto de apoyo a las marcas y a las empresas, siempre que se utilicen correctamente y en la medida justa, ya que no todo vale ni cualquier cosa puede ser positiva para el plan a seguir.

Entre todas esas técnicas y todos los elementos que encontramos, hay dos que queremos destacar. En primer lugar el del escaparatismo, más centrado en la parte visual externa de las tiendas, es decir, en lo que se ve antes de entrar en ellas o desde la calle. La imagen que perciben tanto quienes son nuestros clientes como el resto de consumidores o viandantes. La segunda técnica es la conocida como Visual merchandising. Esta va mucho más allá que la anterior, ya que no consiste en organizar el escaparate o el anuncio de la tienda, sino su interior, como veremos de forma más extendida a continuación.

No es que sea mejor o más recomendable, es que es diferente, y eso es de lo que hablaremos, de las diferencias entre escaparatismo y visual merchandising, para todos los que tienen dudas o están formándose en los ámbitos profesionales del marketing, el comercio, el emprendimiento y tantos otros.

Escaparatismo, el poder de atraer al público

Hoy en día estamos acostumbrados a ver grandes escaparates repletos de maniquíes o productos apilados, pero el escaparatismo no consiste en poner cosas de cara al público para que sepan qué encontrarán en la tienda, sino atraerles, llamarles al interior del negocio o la tienda, conquistarles con el envoltorio y, al mismo tiempo, proporcionar cierta información de interés o una percepción de marca deseada por el propio comercio. Por ejemplo, la imagen de ser un local exclusivo o dirigido a un público con un presupuesto algo más alto. También puede ser el sentido contrario, es decir, el de mostrar que se trata de una tienda de ofertas, gangas y precios más cercanos y accesibles. Las posibilidades del escaparatismo son infinitas, pero hay que saber utilizarlo con precisión y conocimientos.

En caso de practicarse mal, el escaparatismo puede perjudicar al negocio. Por ejemplo, transmitiendo una imagen equivocada o no atrayendo al público potencial correcto. O saturando demasiado el escaparate. Y, aunque por norma general el escaparate está en el exterior, como comentábamos antes, también puede encontrarse dentro del negocio. Esto ocurre con más frecuencia en algunas grandes tiendas en las que se muestran diferentes marcas con su propia sección. Así, no solo se cuida la parte de fuera, sino también la de dentro. Y ahí es donde comienza el papel del visual merchandising que procedemos a explicar a continuación.

¿Qué es visual merchandising?

El visual merchandising abarca en parte los conocimientos y el campo del escaparatismo, pero lo hace en el interior y de una forma bastante peculiar. Busca lograr que el entorno en el que se mueven y caminan los clientes sea toda una experiencia en la que se transmitan ciertas ideas, emociones, sensaciones o mensajes de forma concreta, para lograr los objetivos que mencionábamos más arriba. También la distribución de productos, la decoración, la distribución de la tienda en su conjunto, los pasillos, colores, carteles y tamaños de estos o de los estantes. Incluso el olor puede ser un elemento a valorar a la hora de cuidar el visual merchandising. Como se puede observar, es una materia bastante más compleja de lo que parece y no se basa solo en decorar o dejar un aspecto bonito al local.

Aplicación práctica de ambas materias en el marketing y su importancia

Su importancia se puede comprobar valorando los aspectos que trata y el gran beneficio que puede suponer para cualquier tipo de empresa o negocio con una tienda física. Y, en algunos casos, incluso digital, ya que también se pueden aplicar algunos de estos conocimientos y elementos a las tiendas digitales o a las plataformas de compra-venta en internet. Entre sus beneficios, podemos destacar el incremento de las ventas del que ya hemos hablado. Poder centrar la atención de los consumidores en un producto concreto o en una gama deseada por el propio comerciante, afianzar la relación con el cliente y mucho más, así como despertar el interés de la marca por el gran público o llevar tal negocio al éxito. Y eso es imprescindible.

Cualquier gestor o manager de tiendas debe conocer en su complejidad ambas materias, así como haberse formado anteriormente en un curso en diseño gráfico y  otras tantas para cuidar la tienda en su conjunto y lograr que esta pueda competir en el mercado y seguir creciendo con los años.

Elementos a valorar para el visual merchandising

Hay muchos elementos a tener en cuenta de cara a cuidar esa distribución de la que hablábamos, la decoración, el aspecto o las dimensiones de todo lo que encontramos dentro. También el espacio y el orden. Todo debe cuidarse al máximo. Y esos elementos son los siguientes:

En primer lugar tenemos el espacio y los estantes, como decíamos. Pasillos más estrechos o más anchos pueden suponer la diferencia y transmitir ideas diferentes. Muchas famosas marcas juegan con los grandes espacios limpios y abiertos para transmitir la idea de lugar abierto al público, casi como si fuera una plaza pública. Otros negocios optan por pasillos estrechos, dando la sensación de laberinto o de tener de todo. Como hemos indicado, depende de lo que se le quiera decir a los clientes de forma indirecta y cómo se pretenda que estos actúen o se encuentren.Curso escaparatismo

En segundo lugar, como elemento podemos comentar la iluminación. No solo si son más o menos luminosos los espacios o más claros, sino también los colores y los tonos. También podemos valorar los aromas y el olor. Por ejemplo, algunas panaderías juegan con el olor al pan recién hecho. También se conoce que las cafeterías empapan la tienda de un delicioso aroma a café. Todo ello influye en los clientes y el público en general y repercute en las ventas y el consumo. y, por último, podemos comentar las señales, los maniquíes y otros puntos de interés que también se encuentran en el escaparatismo.

Diferencias importantes entre ambas materias

Se parecen, pero no son lo mismo. Tras comentar ambas en profundidad, queda claro en qué se diferencian. El escaparatismo busca atraer, el visual merchandising acercar al cliente a unos productos o espacios, ganarse su fidelidad y retenerle en la tienda o el establecimiento. Pero, sin duda, lo mejor es combinar ambas para poder obtener las ventajas de ambas y conseguir un negocio de éxito, todo ello con cabeza y de forma medida y controlada, siguiendo los principios y los valores del marketing para un resultado satisfactorio y para el cumplimiento de los objetivos fijados por el departamento o por la empresa.

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